La Cámara de Representantes del país del norte de América, como ha sido ampliamente difundido por diversos medios de comunicación, aprobó, someter a juicio político, al Presidente de allí, actual y saliente, Donald Trump; decisión de inmenso impacto en la opinión del universo entero, pues, obvio, es un hecho, salido de lo común y con repercusiones internas generales, puesto que, se altera el normal discurrir de la vida gringa, en virtud de los acontecimientos que sirven de base, para la actuación correctiva y sancionatoria, abierta.
Nuestra nota, básicamente, trata de ocuparse, más de las circunstancias genéricas que rodean al insuceso de ataque al Congreso de dicha Nación, entre las cuales, se cuenta, la actitud de la Cámara de Representantes, señalada. Amigos de estas líneas, se sienten admirados, con la prontitud del órgano legislativo indicado, para proceder a la apertura de la acción procesal comentada. La comparan con la inercia de la Comisión de Acusaciones de la Cámara nuestra.
Nosotros, creemos, que en esencia, en el plano meramente político, allá como acá, las cosas son iguales. La rapidez que sorprende , y alaban colombianos, no es una virtuosa celeridad institucional. Obedece, a una simple dinamización circunstancial y de oportunidad: El dominio Demócrata, en dicho cuerpo congresional. Esto deja enseñado, que, en decisiones políticas, el color numérico de mayorías que votan la decisión de marras, importa más, que el sabor sustantivo, fruto de los hechos que la generan o dan lugar a su expedición.
En palabras llanas y concretas: Mayoría decisoria, contraria al Presidente infractor. Existe antecedente reciente. El mismo Trump, tuvo acusación de la Cámara de Representantes, mayoría Demócrata actuante. El Senado, febrero 07 del 2.020, lo absuelve. Mayoría republicana, resolviendo. Colectividad del encausado. No cuenta, la gravedad de los hechos. La importante, es la supremacía política, vía mayoría.
En Colombia, el panorama es igual, aunque entre nosotros, tengamos matices. Allá, con fortaleza de poder, sólo hay dos partidos políticos. Igual entre nosotros, en la vida práctica del suceder político: Los gobiernistas y la oposición. Los primeros, se alinean, alrededor del gobierno, de sus iniciativas y proyectos, sin importar nombre exclusivo, de la enseña particular, de origen, de cada legislador. La oposición, por minoritaria, sin poder alguno..
Centro Democrático, Conservador, la U., Cambio Radical, Liberal y de congregaciones religiosas, conforman bloque único genérico, gobiernista, que dicen no, o duermen eternamente, todo lo que signifique mengua política o administrativa, para las gestiones del detentador del Estado.
Los matices, consisten, en que, la función política, en nuestro país, está profusamente reglamentada y a ella, se le imponen formalidades, que en teoría, enriquecen y perfeccionan el ejercicio de la Democracia, irrigada por la sabia que la alimenta, llamada, partidos políticos. Estos, deben obtener personería jurídica y deben operar y ser administrados, de conformidad, con los preceptos que los organizan y dan vida. Y hay bastantes.
Pero a la hora del té, afloran el clientelismo o la corrupción, como elementos que enlazan la solidaridad de cuerpo, que garantizan respaldo legislativo, para la prosperidad política del ejecutivo o del interés privado, que salga beneficiado. Lejos del montón de normas, jurisprudencias, doctrinas y leguleyadas en materia electoral, realidad, lo definitivo, es el clientelismo o la corrupción. Lo demás, es puro cuento.
Por ejemplo. Acabamos de escuchar, en estos momentos, la noticia, de que la Representante a la Cámara y ex candidata vicepresidencial, fórmula de Petro, en los pasados comicios, Angela María Robledo, renuncia a Colombia Humana. Y antes que las consecuencias políticas del hecho, salta a primera consideración, la situación legal, en la cual, quedará dicha curul.
Volviendo a Trump, como también hay mayoría Demócrata en el Senado, es de prever, que, de ésta, no se salva. En la Cámara, sólo 10 Representantes Republicanos, de cerca de 200, adhirieron al querer Demócrata. De pronto en el Senado, voten afirmativamente, para evitar que Trump, se les consolide como Jefe Natural del Partido. Ya lo expresamos, hace días.
Joaquin Romero Calle.