REFLEXIONES MATATIEMPO SOBRE ORIGEN Y DESARROLLO DE LA PANDEMIA.
Hace un año, desde Wuhan, China, se recibió la noticia, de que un diablo invisible al ojo humano, directamente, llamado coronavirus, criado o creado, sin precisarse, de gran capacidad expansiva -contagio- y altamente letal, se había escapado, sin querer, o queriendo, de los invernaderos naturales y/o no naturales, montados en la ciudad asiática, para inundar al mundo con ellos y así, acabar con la Economía de los Estados Unidos de América. Esto, según las fábulas interesadas que se han publicado profusamente, en redes sociales.
El origen chino, del mutante, está, cabalmente precisado; no así, la circunstancia plena e inequívoca de su concepción, si es generación espontánea de la naturaleza, o lo es, de la inteligencia del hombre.
Muy a pesar de estas incertidumbres, lo bien cierto es, que en nombre de él, en lo específico de Colombia, se han levantado cordilleras de infecciones y erigido montañas de muertes, no obstante, haber estado el Presidente Duque, aplanando la curva, desde el momento mismo, en que hizo audición inaugural de su especial de televisión.
A propósito de este ejercicio de comunicación social, acabamos de leer, en Semana, de hoy, que al Presidente, no le mortifica el rating, que según expertos, solo tiene el 5% de sintonía. Lo que le importa, es la calidad del contenido del programa, de conformidad con lo dicho por el primer mandatario. Y eso, que lo transmiten en cadena actual, por más de veinte (20) canales de audiovisuales. ¿Y, si lo ven poquísimas personas, de que vale la calidad del programa?
A Colombia, ya lo hemos dicho, el patógeno ingresó de contrabando, sin licencia de importación. No obstante, no es ilegal su permanencia, en nuestro territorio. Y tanto las autoridades Nacionales, provocadas éstas, inicialmente, a instancias de las territoriales, le declararon persecución abierta a la propagación del virus. Para ello, Duque, decretó el confinamiento social obligatorio y dispuso de auxilios y subsidios para ciertos sectores de la población, entre pobres extremos y ricos extremos. Los de la mitad, cero pollito, cero huevito.
Pero Duque, para sentirse más cerca de Trump y de Bolsonaro, par de inconsecuentes Presidentes, en USA., y Brasil, se cráneo la estupenda idea privilegiadora de la Economía: Vida productiva, con bioseguridad. Ya el aislamiento, no era obligatorio e indiscriminado; no, selectivo y discrecional. Eso sí, el trabajador formal de salario mínimo y el informal de ingreso no seguro, tendrían que forzosamente, salir a trabajar. Y de ahí, vino la debacle. El pueblo, en materia política, es inconsciente, vota por quien no debería hacerlo.
Pero socialmente, si, que es vivo. No se deja. Ah, ¿que trabajemos, pero que no mamemos ron? ¡Mamola!, por no escribir las otras letras y que son más sonoras y con tilde en la a. Indiscutible, que donde manda Presidente, no manda Alcalde. Pero, Claudia López, ni siquiera reviró ante la propulsión del estribillo, de vida productiva con bioseguridad. Por el contrario, lo apoyó, salió con el cuento chino, de la nueva normalidad.
Nosotros, ante la política de pico y cédula, habíamos comentado, antes de la tal nueva normalidad, que estábamos en la normalidad perdida, la de hace, como veinte (20) años; aquella, que fue superada por la congestión que había sobrevenido y que mantenía vigencia, antes de la llegada de la pandemia.
Hoy, los aplanamientos de Duque, están más que irrealizados. Por el contrario, tenemos, repetimos, cordilleras de contagios. Y montañas de muertos y que crezca la pila. Por lo que estamos viendo, hay desesperación, en los gobernantes, en inculcarle a la gente, que es suya -de la gente- la responsabilidad de las consecuencias de la enfermedad; por no respetar las medidas de distanciamiento y de cuarentena.
Nos han advertido, desde Wuhan, punto geográfico de ineludible referencia, y con criterios serios de sabiduría científica, que tapándose la boca y lavándose permanentemente las manos, se evita la transmisión de la pandemia. Razonamiento que posee mucha lógica intrínseca, puesto que, bucalmente, se hace aspersión de saliva, en cuyas partículas, viaja de polizón, el tal coronavirus. Hasta ahí, el asunto del crecimiento de la enfermedad, tiene concreción satisfactoria, en cuanto al impulso del microbio.
Sin la certeza, de cómo surge el primer contaminado, estamos en presencia, todavía, del desconocimiento, de cómo realmente, el mal, se inocula en el organismo humano. En nuestro sentir, no hay conocimiento definitivo, sobre ese determinante aspecto de la pandemia. Si hay boca tapada y limpieza constante de manos y objetos, cargados como apéndices útiles, ¿Por qué hay más y más enfermos? ¿Por aglomeración, del día sin IVA? ¿Pero si la gente entra a los establecimientos comerciales, con cubreboca y se asea las manos con desinfectante? Si con boca cerrada, no sale germen y en manos limpias, no lo hay, ¿cómo éste, llega al interior humano?.
Preguntas sin respuestas, ante el nuevo drama complementario: Dudas sobre la vacuna para Colombia.