… Y AHORA: LUCES, CAMARA, ACCION, EMOCION Y DESENCANTO.
Se trata, de la puesta en escena, del ya acostumbrado sainete de diciembre, en donde se abre el telón de las expectativas salariales, para aquellos trabajadores, que tienen remuneración mínima, frente a los empleadores, quienes, tienen el poder del dinero. La emoción, se encuentra en los ánimos, con los cuales, las partes, llegan al encuentro, supuestamente, a concertar. Por un lado, voceros de los trabajadores, reclamando porcentajes altísimos y los opositores, ofreciendo porcentajes "mínisimos".
Decimos sainete, por lo ridículo que resulta ser el final de tal ejercicio; porque muy a pesar de las buenas intenciones del constituyente y del legislador, de otorgar mecanismos para discusión y fijación de un salario mínimo de carácter general, para garantizar al trabajador de ese renglón de contraprestación económica, por su fuerza de trabajo, una calidad de vida digna e igualmente, para su familia. Propósito que queda en letra muerta, pués, para lo que menos sirve, el salario mínimo, es para una vida digna de quien lo percibe.
La Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, tiene encomendada esa tremenda carga de responsabilidad social. En la práctica, por el insistente modo de terminar las reuniones de concertación, sin consenso, deja en manos del Gobierno Nacional, el establecimiento, por Decreto, el monto de la contraprestación dineraria mínima, que en últimas, resulta siendo, la postulada por el empresariado colombiano. Como quien dice, los dueños del balón; Gobierno, juega, como ellos imponen.
Actualmente, los empleadores, según La República, proponen incremento del 2%, para, en concreto, llevarlo a $895.359, para un adicionamiento de $17.556. Fragmento de la noticia, dice así: “Gremios empresariales del país anunciaron que durante la cuarta sesión de la reunión de la Comisión de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, el empresariado presentó una propuesta de aumento de 2% en el salario mínimo legal vigente para el 2021.”
La argumentación para sustentar la propuesta, es la de siempre: Creación de empleos; hoy, con el añadido de recuperar los perdidos por la pandemia y la baja productividad. Desde el año 1.990, Gobierno de César Gaviria, que introdujo a Colombia, la llamada Apertura Económica, se ha venido legislando, para restarle costos al trabajo, como factor de producción, quitándole valores a las prestaciones de los trabajadores.
Ese gran empresariado, potente capitalismo inversionista, manifiesta, que a pesar de lo duro del año, está dispuesto a seguir jugándosela por Colombia. Claro que sí, pero, a expensas del trabajo asalariado. Todo ese capital, está concentrado en gigantescas sociedades anónimas, modalidad de sociedad comercial, que tiene el deber, cada año, de hacer reserva legal, para enfrentar pérdidas en su desempeño operacional, dentro de ese tiempo. Reserva, que debe estar, en el 50% del capital suscrito.
La reserva, seguirá en reserva. Mientras tanto, el salario mínimo, que siga siendo más mínimo, o sea, menor, en plata contante y sonante. Además, con menos poder de compra. Tan oprobiosa, es la tal sugerencia del empresariado, que uno de ellos, Cristian Daes, de Tecnoglas, factoría barranquillera, al conocerla, expresó: “Mandan huevo”. Eso exteriorizamos los costeños, cuando alguien expone, plantea o formula algo absurdo, estúpido o irrealizable. Hay que hacerle coro, a Cristian. Emoción y desencanto, ahí, pegaditos.
En estos instantes, debemos terminar la nota. Llegaron operarios de Afinia, a dejar el sector sede del INFORMATIVO SUR COSTEÑO. COM, sin fluido eléctrico, en Magangué. Electricaribe vive. Finalmente, no fue posible la publicación, ayer lunes 14. Hoy, temprano, vemos en La Libertad, columna periodística de Jorge Vergara Carbó, sobre el mismo tema, adobado, con alimentación estadística, que ilustra, detalladamente, la estructura económica del salario mínimo, léanla:
https://diariolalibertad.com/sitio/2020/12/salario-minimo-en-colombia-y-la-reorientacion-del-gasto-publico/
Joaquin Romero Calle.