PRESIDENCIABLES 2.022. IV.
Tomas Uribe Moreno, como ciudadano colombiano, hombre de negocios y de hogar, tiene pleno goce y garantizado derecho fundamental, de elegir y de ser elegido.
Este copete*, punta de lanza periodística, de la nota que nos ocupa, para significar, que nosotros, somos conscientes, de que esa probabilidad política -candidato presidencial, en el año 2.022- podría convertirse en un acontecimiento cierto, dependiendo de las voluntades del mismo mentado y obviamente, del Jefe del Partido que lo impulsaría; Centro Democrático y Álvaro Uribe Vélez, padre, del hipotético aspirante. Esto, por las continuas menciones, que personas interesadas, hacen de aquel nombre.
Constitucional y legalmente, ninguna tacha ni impedimento, existirían para oponerse a ese futuro y aún, hecho incierto de la vida colombiana. En eso, queremos ser claros. Oposiciones o prevenciones, nacerían por circunstancias distintas, a aquellas normativas. Todas las que se esgriman, tendrían connotación política, recogidas bajo un interrogante genérico y despectivo, de quién, seria, verdadero detentador del poder; más, el requisito del mérito extraordinario; no obstante, Duque, fue exaltado, sin necesidad de mostrar alguno.
Revista Semana, en edición de este domingo, trajo, decimos nosotros, publirreportaje, con Tomás Uribe y referido a ese tema presidencial. Lo creemos, porque se aprehende, que fueron preguntas formuladas, con tiempo anticipado, para reflexionarlas, consultar cifras estadísticas oficiales y responderlas, con amplísimo margen de acierto; dejando impresión, de que el entrevistado, es, persona conocedora del Estado y de su presente, en toda su dimensión de vicisitudes y afugias, por las cuales atraviesa el país.
Resaltamos del publirreportaje, dos pasajes que ponen a pensar. Omisión de opinión, sobre el comportamiento del Gobierno, antes y después, de los naufragios de las dinámicas de vidas, de San Andrés y de Providencia. Y una tremenda contradicción negativa, de las propias, de una famosa entrevistadora, de ese medio de comunicación. Pregunta, ¿Cómo estaríamos? Aludiendo, a un eventual gobierno de Petro. Respuesta: “ESTARIAMOS MUCHO PEOR”. O sea, que en hogaño real, de Duque, estamos peor.
Con lógica previsible, padre e hijo, niegan rotundamente, cualquier intento de materialización, de proyecto de esa clase. El publirreportaje, podría ser, jugadita, para, muy disimuladamente, ver como pega; cómo reacciona la gente. Entonces, bien podría ser, la promoción de los Senadores del Centro Democrático, no espontánea; programada. O bien, emotivamente lo hacen, para agradar al padre Jefe. También, podría ser, mensaje para quienes, se piensa, estarían en el partidor de selección interna: NO LOS QUIEREN.
Características personales y familiares, ya conocidas del,de pronto aspirante, nos inhibe para expresar consideraciones, con respecto a su pensamiento económico. Sabido, que tendríamos, más reformas pensional, laboral y tributaria, pro capital. Hoy dia, se le han enredado a Duque, en el Congreso. Y guerra, en contra del Acuerdo de Paz. Programa de gobierno, que tendría que ser derrotado, en las urnas, en franca lid democrática.
Otro nombre. Martha Lucía Ramírez, la Vice. Ella, pertenece al Partido Conservador. Sin embargo, está, en donde está, por el Centro Democrático. Pero no se compliquen. No configura doble militancia. Guarda silencio. No puede hablar de política. Antes, tendría que actuar, en ese plan. Y lo haría, renunciando. Mientras se mantenga en el cargo, nada podríamos referir, en cuanto a un lanzamiento al agua, de esta servidora pública. Hay que esperar. Y la espera, tiene espacio para acampar, hasta mayo del 21.
Cambio Radical, se nota, tiene seriamente comprometida, su supervivencia, por las deserciones de Lara y de Varón. Han aparecido afirmaciones, de que a Vargas Lleras, le están pidiendo, que encabece lista al Senado, tratando de recuperar la votación que se perdería, con quienes abandonan ese barco. Esto, le crea, situación política personal, débil, a Vargas. Lo somete, en bandeja, al poder del ala Cambio Char, Y eso, facilitaría una fórmula no descabellada ni descartable rotundamente: Tomás – Alejandro.
Amanecerá y veremos y continuaremos comentando.
Joaquin Romero Calle.
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*Copete-Subtitulo.